Uno de los mayores retos que enfrentará el nuevo gobierno encabezado por Claudia Sheinbaum Pardo es que la tendencia de la economía mexicana retome una dirección ascendente.

Durante agosto pasado, un mes antes que de que terminara la Presidencia de Andrés Manuel López Obrador, la economía de México siguió con una tendencia de desaceleración, cuyas limitantes fueron el empleo en manufactura, el mercado de valores doméstico, la incertidumbre empresarial por invertir y el tipo de cambio.

El Indicador Adelantado se ubicó en 100.18 puntos, alargando su racha a 16 meses por arriba de su tendencia de largo plazo (100 puntos), pero con el nivel más bajo en 10 meses, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Además, con dicho resultado, el indicador –que busca anticipar los puntos de giro del estado general de la economía (ciclos económicos)– cayó 0.14 puntos, hilando cuatro meses con bajas.

 

Es probable que en los próximos meses el indicador coincidente caiga en una brecha negativa, (por debajo de la tendencia de largo plazo de 100 puntos). Indicando que la economía mexicana podría dirigirse hacia una recesión

señalaron analistas de Banco Base en un reporte.

Los lastres de la economía mexicana para Claudia Sheinbaum

De los seis componentes del Indicador Adelantado, cuatro fueron factores negativos para la economía de México: tendencia del empleo en las manufacturas, momento adecuado para invertir, índice de precios y cotizaciones (IPC) de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) en términos reales y el tipo de cambio real.


En el primer caso, se registró una baja mensual de 0.02 puntos en agosto, tras siete meses con alzas consecutivas, debido principalmente a la debilidad industrial en la Unión Americana.

En el indicador sobre el momento adecuado para invertir por parte del empresariado se dio un retroceso de 0.17%, la séptima disminución seguida, que responde a la incertidumbre por las elecciones en Estados Unidos, la transición federal en México y por los impactos de las reformas constitucionales.

Mermas

Para el IPC de la BMV, la caída, siendo la sexta seguida, fue de 0.13 puntos, manifestando también cautela de los mercados ante un panorama incierto tanto a nivel local como internacional.

Mientras el índice sobre el tipo de cambio real México-Estados Unidos creció, por séptimo mes, 0.44 puntos, pero su comportamiento es inverso al de la actividad económica, es decir, el peso se debilitó (depreció) en el periodo de referencia.

Todas estas variables del Indicador Adelantado expresan las debilidades de la economía mexicana, cuy cambio de tendencia dependerá de las acciones que empresa la gestión de la presidenta Sheinbaum Pardo.

Motores, insuficientes

Por el otro lado, uno de los motores del Indicador Adelantado fue la tasa de interés interbancaria de equilibrio (TIIE), pues disminuyó, por decimoséptima vez, 0.12 puntos, pero su comportamiento es como el del tipo de cambio.

Esto obedece a que el Banco de México redujo recientemente el objetivo a 10.50%, situación que tranquiliza la adquisición de financiamiento para consumo, un indicador relevante para la actividad económica.

También ascendió durante agosto del presente año, el componente del Índice S&P 500, con 0.10 puntos (20 meses con alzas consecutivas), según el Sistema de Indicadores Cíclicos del Inegi.

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