La calificación crediticia de México pasará a revisión en el último trimestre del año; sin embargo, no corre riesgo de perder el grado de inversión, dijo el vicepresident-senior credit officer y analista principal para el Gobierno de México de Moody’s, Renzo Merino.
Una segunda revisión, por parte de un comité, se estaría dando en el último trimestre del año y obviamente en los próximos meses vamos a tener mucha más información respecto a los planes de la próxima administración, sobre todo del lado de la política fiscal,
dijo en rueda de prensa.
El estratega de Moody’s consideró que un cambio brusco en la calificación soberana de México es poco probable sin que haya un choque extremo como lo que ocurrió en la pandemia.
Un cambio brusco en la calificación es poco probable sin que haya un choque material que afecte el perfil, eso sólo ocurrió en la pandemia. Lo feo sigue siendo feo, y es Pemex.
Sin embargo, dijo que la perspectiva de Moody’s para la calificación es pesimista, aunque no hay riesgo de que se pierda el grado de inversión.
La calificación soberana se encuentra en “Baa2 con perspectiva estable” desde julio del 2022 y se encuentra a dos escalones de perder el grado de inversión.
Factores clave para Moody’s que ejercen presión
Merino explicó que hay tres factores clave están ejerciendo una presión significativa sobre la perspectiva de la calificación soberana de México. En primer lugar, la disminución de los ingresos del gobierno federal, impulsada por la baja en los ingresos petroleros.
En segundo lugar, los costosos apoyos a Petróleos Mexicanos (Pemex), que siguen drenando recursos. Y finalmente, la creciente presión fiscal que amenaza con desestabilizar aún más las finanzas públicas, informó Renzo Merino en el Moody’s Inside LatAm: México 2024.
Una nota “buena” es que el potencia del nearshoring es un oportunidad muy importante para México y se puede seguir desarrollando la economía. No obstante, Merino consideró que la pregunta es a qué ritmo se llevará a cabo la relocalización de empresas por el contexto que se vive actualmente.
Eso estaremos monitoreando y que quizá se pueda resolver en el corto plazo. Vuelve a ser la política económica del próximo gobierno para poder beneficiarse del nearshoring.
Por el otro lado, la mala nota es la posición fiscal del gobierno y que se vio “deteriorada” en el 2024 con un déficit fiscal de 5.9% del Producto Interno Bruto (PIB).
Esto implica para la próxima administración un desafío y la necesidad de conseguir una consolidación fiscal. “Estamos contemplando que déficit fiscal esté por encima del 5% del PIB y con la posibilidad de que se acerque al 6%. Es casi el doble de lo que habíamos visto en los primeros años del gobierno”.
Economía crecería hasta 2% por incertidumbre
Merino dijo que el PIB nacional podría crecer entre 1% y 2% en los próximos años, si no se materializan inversiones por el nearshoring o las reformas constitucionales generan una mayor incertidumbre.
Hay algunas reformas que pueden afectar el marco institucional del país y otros temas fiscales y económicos. La reforma al Poder Judicial es importante en el sentido que puede afectar directa e indirectamente varias partes del perfil crediticio,
explicó Renzo Merino.
El analista de Moody’s dijo que hace un año la expectativa para México era aún era buena ya que se esperaba que la llegada de empresas extranjeras detonara una mayor inversión y crecimiento del PIB.
No obstante, mencionó que “muchos de los anuncios de inversión o proyectos no se han materializado” a la par de que surgieron preocupaciones después de las elecciones presidenciales del 2 de junio.
Esta historia se actualizó a las 12:14 horas y se añade información a lo largo del texto.
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