Los trabajadores de Volkswagen afiliados al sindicato IG Metall ya se preparan para dar batalla ante el cierre de plantas en Alemania, al cual llamaron un “error histórico”, al tiempo que se negocian mejoras salariales.
La gigante automotriz y la organización sindical deberán enfrentarse en una doble disputa, una será el cierre plantas y el número de despidos que ello implica y la segunda por los nuevos convenios laborales luego de que se pusiera fin este mes a los acuerdos que habían salvaguardado el empleo en seis de sus plantas en Alemania occidental desde mediados de los años 1990.
El sindicato se dijo dispuesto a pelear por los derechos de los trabajadores y su amenaza sobre una huelga viene desde principios de diciembre de 2023. Asimismo, ha culpado a la alta dirección y al carente apoyo de las autoridades gubernamentales por los males de la empresa.
Por su parte, la compañía ha dicho que los altos costos de la energía y la mano de obra en Alemania la ponen en desventaja respecto a sus otros competidores continentales e incluso aquellos delgados desde China.
El responsable de Recursos Humanos de la marca Volkswagen, Arne Meiswinkel, indicó al inicio de las renegociaciones contractuales con el sindicato que la división debe reducir sus costos para seguir siendo una firma competitiva.
Respaldo a Volkswagen
La semana pasada, el ministro de Economía de Alemania, Robert Habeck, señaló que buscaban ayudar al fabricante de autos a atravesar su complicado periodo para evitar el cierre de plantas; sin embargo, aclaró que existen ciertos límites.
El primer ministro de Baja Sajonia, Stephan Weil, se ha mostrado crítico con los posibles cierres de plantas de Volkswagen y ha llegado a un acuerdo beneficioso para todas las partes. La planta localizada en dicho estado alemán es una de las candidatas para poner fin a sus operaciones.
Si bien el sindicato IG Metall reconoce que Volkswagen se enfrenta a una serie de grandes desafíos, aclaró que el exitoso camino de la firma durante décadas ha estado vinculado a la solución de problemas con los empleados y no a la confrontación.
Con información de Reuters
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