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No podía pasar desapercibido el inusual volumen de operaciones y alza del precio que registró hace apenas una semana el Fideicomiso de Inversión en Bienes Raíces (Fibra) Danhos, que preside Salvador Daniel Kabbaz Zaga, y en el que se intercambiaron más de 138 millones de certificados, 250 veces mayor al promedio diario de operación del Fibra, y equivalente a 10% de todos los instrumentos en circulación.

Si bien Fibra Danhos informó que “ciertas” compras de miembros del Comité Técnico y del Grupo de Control contribuyeron a dicho movimiento, las operaciones representaron menos de 2% del total de certificados en circulación.

El resto de los participantes de las compras estuvo encabezado por la casa de bolsa Inbursa que sólo el pasado 1 de julio compró 125 millones de certificados, encendiendo las especulaciones sobre el motivo principal de dicha adquisición.

Hasta donde se sabe, no se trata de una nueva adquisición en puerta de Carlos Slim Helú sino más bien una inversión de cartera para anticiparse al mejor desempeño del fideicomiso inmobiliario que actualmente está concentrado en el sector comercial y de oficinas, pero que acaba de anunciar su incursión al sector de turismo high-end “con el mismo enfoque de desarrollo: activos de gran calidad en las mejores ubicaciones, con un desarrollo selectivo”.

Además en el segmento industrial, léase nershoring, que arranca con el proyecto Parque Industrial Cuautitlán, con 200,000 metros cuadrados de área rentable en dos fases: la primera estaría lista en el último trimestre del año, y el fideicomiso estaría por anunciar adquisición de más reserva territorial para acentuar su presencia en el sector que, gracias a la competencia por Fibra Terrafina, donde hay seis postores compitiendo; mejoró la valuación de los activos industriales en general, aunque algunas voces advierten que se corre el riesgo de generar una burbuja.

Pero además Fibra Dahnos cuenta con diversos atributos que habrían pasado desapercibidos para la mayoría de los analistas que centraron su atención justo en otros fideicomisos con una vocación industrial.

Es el fideicomiso inmobiliario público con el menor apalancamiento, objetivos alineados con un fideicomiso de control que es dueño de cerca de 40% de los certificados en circulación, generación estable de flujos de efectivo, una alta exposición a una creciente clase media y al consumo doméstico, y había que anotar sus actuales reservas territoriales. Por ejemplo, en CDMX, donde estarían por iniciar finalmente el desarrollo comercial en Periférico y San Antonio, apoyado por sus relaciones con el nuevo gobierno de la capital de país.

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