Boeing, en conjunto con la Administración Nacional de Aeronáutica (NASA), se preparan para lanzar un taxi espacial el próximo 1 de junio, aunque no han reparado una pequeña fuga de helio que se descubrió durante un intento de lanzamiento anterior.

La nueva incursión de la compañía se da en el marco de una investigación de la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos ante diversos incidentes protagonizados por sus aviones. 

La aerolínea recibió un contrato en 2014 para desarrollar Starliner para transportar astronautas hacia y desde la Estación Espacial Internacional. Después de años de retrasos, problemas técnicos y contratiempos, el fabricante de aviones está a punto de lanzar Starliner con sus primeros humanos a bordo.

Los que estarán a bordo serán los astronautas de la NASA Suni Williams y Butch Wilmore. El despegue se dará tras casi un mes del retraso ocurrido por una falla en la válvula de presión de la cápsula.

Representantes de ambas compañías dijeron a los periodistas que tras realizar una serie de análisis, a pesar de la fuga, se sienten cómodos volando la nave espacial CST-100 Starliner, por lo que simplemente la van a monitorear durante la misión a la Estación Espacial Internacional.

Esto realmente no es un problema de seguridad de vuelo para nosotros, y creemos que tenemos una condición bien comprendida que podemos manejar

dijo Mark Nappi, vicepresidente de Boeing.

El plan de seguridad de Boeing ante la FAA

Boeing no sólo ha presentado fallas en sus planes aeroespaciales. En tierra, sus aviones han tenido diversos accidentes a lo largo del año, por lo que la FAA solicitó que se presentara un plan de seguridad luego de que la puerta de un 737 Max 9 explotara en pleno vuelo.

A finales de febrero, el administrador de la FAA, Mike Whitaker, dio a la compañía 90 días para elaborar un plan de mejora de calidad después del incidente en un vuelo de Alaska Airlines a principios de enero.

Esta medida se dio tras una revisión hecha por los investigadores federales del organismo, quienes descubrieron que parecía que no se habían instalado pernos para mantener el panel en su lugar antes de que el avión fuera entregado a Alaska Airlines.

Asimismo, la FAA también prohibió a Boeing aumentar la producción del 737 Max hasta que la agencia esté satisfecha con el control de calidad. Whitaker tendrá una junta con la compañía este jueves para analizar las propuestas de seguridad, no obstante, los analistas prevén que esta medida no sea revertida. 

Con información de Bloomberg y CNBC

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