La Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) alertó que cuatro de cada cinco restaurantes en Acapulco sufrieron daños mayores y hasta pérdida total tras el impacto del huracán Otis.
Estamos hablando de un estimado de un 80% de los negocios formales con daños realmente mayúsculos y desafortunadamente en su mayoría con pérdida total. El estimado de daños económicos oscila entre los 3,500 y los 4,500 millones de pesos
indicó Daniela Mijares, presidenta ejecutiva de la Cámara.
En el municipio, el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) registraba 5,739 negocios de venta de alimentos y bebidas preparados, de los cuales 1,350 son restaurantes formales. Poco más de un tercio de ellos, unos 570, están afiliados a la Canirac.
En entrevista para EL CEO, Daniela Mijares detalló que apenas una minoría de estos negocios formales, de entre 2% y 5%, contaba con un seguro para atender este tipo de catástrofes.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), actualmente se ha avanzado en valuaciones y anticipos en 1,352 bienes asegurados de empresas, centros comerciales, restaurantes y otros giros de negocios.
Acapulco aún resiente los estragos de Otis
El huracán Otis impactó en las costas de Guerrero el pasado 25 de octubre como categoría 5, la más alta en la escala Saffir-Simpson, con vientos de más de 250 kilómetros por hora. Esto causó severos daños a la infraestructura y la caída de cientos de árboles.
En entrevista radiofónica, el presidente del Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi), Ricardo Bucio, alertó de que a 25 días del impacto del huracán, salvo en la costera Miguel Alemán, avenida principal en la zona turística, muchas de las calles en el resto de Acapulco están cubiertas por basura, residuos y mucha materia orgánica que expide aroma a descomposición.
De acuerdo con el Consejo Coordinador Empresarial, se calcula que la reconstrucción de la ciudad costará entre 250,000 y 300,000 millones de pesos. Por ahora, el Gobierno de México ha contemplado destinar unos 61,000 millones de pesos para apoyar a las personas damnificadas y dejar de cobrar los impuestos a las empresas por hasta seis meses.
Según Daniela Mijares, a más de tres semanas del impacto, el estado de emergencia se mantiene, por lo que muchos de los restaurantes que han podido restablecer parte de sus instalaciones se han convertido en comedores comunitarios y se han volcado a atender a las personas damnificadas.
“Ahorita me parece que el espíritu que tiene la industria restaurantera en Acapulco es precisamente tener los servicios básicos para pensar en restablecer los espacios, pero primordialmente para cubrir las necesidades que se están teniendo en el día a día”, acotó.
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