La demanda doméstica se fortaleció durante agosto pasado, impulsada por el consumo y por la inversión, aunque las expectativas para el cierre de año no son alentadoras.
De acuerdo con datos desestacionalizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el Indicador mensual del consumo privado en el mercado interior creció 0.47% en el octavo mes del 2023.
Este resultado significó la tercera alza consecutiva y el mayor nivel en los últimos cuatro meses, soportado por las remesas, estabilidad en la tasa de desempleo, alza en salarios y mejoras en crédito al consumo.
Este resultado se da en un contexto de señales un tanto mixtas, con pérdidas de puestos de trabajo, pero con aumentos en los salarios; la depreciación del peso; mayores presiones inflacionarias, particularmente en el rubro no subyacente; y un flujo de remesas saludable
detalla Banorte.
A tasa anual, el consumo privado en México aumentó 4.01%, consiguiendo tres meses al hilo con variaciones por arriba del umbral de 4.0%.
Apoyo gubernamental
En tanto, la formación bruta de capital fijo, que es la inversión de corto plazo, incrementó 3.10% mensual durante agosto pasado, superando el alza de 0.73% previa.
Mientras en comparativo anual, el crecimiento de la inversión fue de 31.5%, lo que representó 11 meses con tasas de doble dígito. Este dinamismo se alimentó de los proyectos infraestructura gubernamental y por la construcción de espacios dedicados a la industria.
En agosto la tasa de variación de 12 meses de la construcción no residencial fue de casi 100%. Para ponerlo en contexto, el crecimiento acumulado entre 1993 y 2014, año en que comenzó la lenta tendencia de declive que dominó hasta el inicio de la pandemia, fue de 52.0%, lo que realza la trascendencia del gasto actual en los proyectos prioritarios de la administración federal
expone Monex.
Tasas más moderadas en el consumo
Para el último trimestre, aunque la demanda doméstica se mantendrá como el motor de crecimiento, Banorte cree que las tasas de avance podrían ser más moderadas en la demanda doméstica.
El grupo financiero reconoce algunos factores que podrían frenar tanto al consumo como a la inversión:
- Retos importantes para los precios –con persistencia al alza en los servicios y con riesgos relevantes para distintos rubros en el componente no subyacente
- Una posible moderación en la construcción provocada tanto por un efecto base retador, el avance ya logrado en ciertas obras públicas, así como posibles retrasos ante expectativas de un invierno más álgido en algunas zonas del país
- La expectativa de que las altas tasas de interés continúen por más tiempo de lo anticipado, pudiendo impactar tanto decisiones de consumo como de inversión
- Factores coyunturales que frenen al consumo (como un menor ingreso disponible en los hogares afectados por los paros técnicos en el sector automotriz ante la huelga de seis semanas en Estados Unidos)
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