El gasto en infraestructura en México ha disminuido en los últimos años debido a una baja en las transferencias federales para este fin y a que la mayoría de los estados se han abstenido de contratar deuda de largo plazo, señaló un análisis de Moody’s.
La principal razón del menor gasto es la caída en las transferencias federales para infraestructura. Además, la mayoría de los sub-soberanos se han abstenido de contratar deuda para mantener o aumentar el gasto de capital, aún ante importantes necesidades de infraestructura y niveles de deuda de bajos a moderados
, advirtió la calificadora en su reporte Sub-soberanos. Análisis sectorial.
Agregó que las transferencias estatales por convenios federales cayeron 21% en 2019, mientras que para municipios las transferencias comenzaron a bajar antes, con una disminución de 30% en 2018.
Desafortunadamente en la actual administración de nuestro país hay un bajo gasto en infraestructura, razón por la que no existe ningún efecto multiplicador en la economía mexicana, explicó por separado Gabriela Siller, directora de Análisis Económico en Grupo Financiero BASE.
Según datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), en 2022 el gasto federalizado, aquel que se transfiere a las administraciones estatales y municipales, ascendió a 2.23 billones de pesos.
Los estados y la contratación de deuda de largo plazo
La deuda de largo plazo que contratan las entidades federativas y los municipios se deben utilizar para financiar obra pública, detalló Moody’s.
“Ante una caída en las transferencias federales, los sub-soberanos como opción para aumentar sus balances operativos y/o contratar deuda para mantener o aumentar el gasto en obra pública”, indicó la calificadora internacional.
Sin embargo, únicamente en la Ciudad de México, Nuevo León y Sonora se planea contratar deuda a largo plazo, de acuerdo con el análisis de los presupuestos de 2023.
El gasto federalizado representa más del 80% de los ingresos de los estados.