El peso mexicano se ha establecido como la moneda emergente con mejor desempeño desde el comienzo de la pandemia por COVID-19, a pesar de que persiste una incertidumbre política alta y el crecimiento de México ha sido débil, destacó en un análisis Bank of America (BofA).
De acuerdo con el análisis Mexico: Strong peso is here to stay, la institución financiera determinó tres factores económicos atribuibles al desempeño superior del peso, destacando un déficit pequeño de cuenta corriente; un superávit en el balance primario y una tasa de interés real alta.
Esperamos que estos factores continúen, ya que la administración actual tiene una fuerte preferencia por un peso estable y relativamente fuerte
indicó el BofA en su análisis.
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Peso se fortalece 17.5% frente al dólar
BofA precisó que el peso se ha fortalecido 17.5% frente al dólar desde abril de 2020, siendo la moneda emergente con mejor rendimiento desde la pandemia frente a las de otros países como Brasil, Chile, República Checa e India.
El resultado es sorprendente en la medida en que el crecimiento de México ha sido débil. Por ejemplo, México apenas escapó de una recesión técnica en el segundo semestre de 2021, con una contracción en el tercer trimestre y un periodo plano en el cuarto trimestre, compartió el banco.
Para BofA, el crecimiento persistentemente débil en México debería ser consistente con un tipo de cambio estructuralmente más débil, de modo que espera que la moneda nacional se deprecie gradualmente para llegar a 21 pesos por dólar a finales de año y 22 unidades al cierre de 2023.
Cuando llegue la depreciación del peso, creemos que es poco probable que México enfrente una crisis financiera, ya que tanto el sector público como el privado parecen tener una tendencia relativamente baja de deuda externa. Además, muchas empresas mexicanas con deuda en dólares también están cubiertas naturalmente con ventas en dólares
subrayó el BofA.
Mercados globales en ‘territorio contrario de compra’
Los billones eliminados de los mercados globales en las últimas semanas han desencadenado una señal contraria de ‘compra’ del indicador de sentimiento ‘Bull & Bear’ de BofA, mientras que los mercados emergentes están pasando por su momento más difícil desde el pico de la pandemia por COVID-19.
Los temores de que la inflación y las tasas en rápido aumento lleven a las principales economías a la recesión han llevado a los mercados globales a una espiral descendente con las acciones globales, perdiendo cerca del 18% desde principios de año, siendo el peor comienzo de año registrado recientemente.
Analistas de BofA compartieron que su indicador ‘Bull & Bear’ ahora se había movido a un ‘territorio de compra contrario inequívoco’, dados los enormes reembolsos en acciones de mercados desarrollados, deuda de alto rendimiento más riesgosa y bonos de mercados emergentes.
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