Nota del editor: Esta nota fue publicada por primera vez el 12 de mayo a las 9:04 a.m. y se actualiza con las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador
El presidente Andrés Manuel López Obrador dio la razón a Estados Unidos sobre la queja por presuntas irregularidades en la votación sobre un contrato sindical en abril en la fábrica de GM en Silao, Guanajuato.
Ya se dio una respuesta de que se tiene que reponer el proceso de elección y que aceptamos la recomendación que hace el gobierno de Estados Unidos, que tienen razón y no deben haber fraudes en la elección de dirigentes y en las asambleas para decidir sobre la titularidad de los contratos colectivos
dijo el mandatario en su conferencia matutina.
López Obrador indicó que el gobierno mexicano ya había constatado y denunciado la situación, “la Secretaría del Trabajo (STPS) ya había actuado descalificando esa elección, que fue violatoria a la legislación laboral”.
El presidente se refirió al comunicado emitido por la STPS el martes, en el que ordenó que se realizara un nuevo procedimiento dentro de los próximos 30 días.
El gobierno de México notificó el miércoles que inició la revisión de las presuntas violaciones de derechos laborales en la fábrica de camionetas de General Motors en Guanajuato, tras recibir la solicitud de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR).
En caso de responder afirmativamente, México compartirá por escrito los resultados de la revisión y cualquier propuesta de reparación
señalaron la Secretaría de Economía (SE) y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) a través de un comunicado conjunto.
La solicitud presentada por Estados Unidos marcó la primera vez que un país utiliza el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida en el T-MEC, que permite a sus miembros norteamericanos abordar las violaciones de derechos laborales en fábricas específicas. Tai ayudó a negociar el mecanismo sobre derechos laborales a nombre de los demócratas en el Congreso de Estados Unidos.
La revisión ocurre en medio de la presión de legisladores estadounidenses sobre GM, después de que autoridades en México dijeron que algunas boletas fueron destruidas durante la votación, que estaba destinada para que los 6,000 trabajadores sindicalizados de la planta de Silao ratificaran su contrato laboral.
Un objetivo estadounidense clave para el T-MEC, negociado por el gobierno del expresidente Donald Trump, era fortalecer a los sindicatos mexicanos para ayudar a aumentar los salarios y frenar la migración de la producción automotriz estadounidense a México.
GM ganó cambios clave en el T-MEC que le permitieron seguir fabricando cientos de miles de camionetas estilo pickup de alta rentabilidad en México, destinadas para su exportación a Estados Unidos.
En un comunicado, Tai elogió a México “por intervenir para suspender la votación cuando advirtió las irregularidades en la votación” y dijo que la acción de Estados Unidos “complementará los esfuerzos de México para garantizar que estos trabajadores puedan ejercer plenamente sus derechos de negociación colectiva”.
La planta en Silao es un eje de la estrategia de GM en la producción de camionetas en Norteamérica, ya que produjo más de 339,000 vehículos Chevrolet Silverado y GMC Sierra de tamaño completo en 2019, más de un tercio del total de los 906,000 autos de este tipo que fabricó la compañía ese año.
GM dijo que cooperaría con los gobiernos de Estados Unidos y México en el asunto, condenando toda violación de derechos laborales y las acciones para restringir las negociaciones colectivas.
Votación no favorecía al sindicato de la compañía en México
En la cuestionada votación al centro de la queja los trabajadores de la automotriz en México se encaminaban a derrotar a uno de los sindicatos más grandes del país, de acuerdo con un informe de la STPS sobre la elección revisado por Reuters.
El documento indica que 1,784 trabajadores habían votado en contra de ratificar el contrato colectivo que mantienen con la Confederación de Trabajadores Mexicanos (CTM), mientras que 1,628 trabajadores habían votado por mantenerlo.
La CTM, alineada con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), es uno de varios sindicatos tradicionales acusados por trabajadores y activistas de anteponer los intereses empresariales a los derechos de los empleados.
Según el informe, poco más de la mitad de las personas elegibles para votar lo hicieron en el primero de los dos días posibles, antes de que los inspectores de la STPS detuvieran el proceso.
Las acusaciones de interferencia, incluidas las conclusiones de dependencia de que algunas boletas en blanco en poder del sindicato se redujeron a la mitad, han levantado sospechas entre algunos activistas y expertos de que la CTM podría haber estado encaminada hacia una derrota más profunda.
La reposición de la votación, que se hará dentro de un mes, podría generar un margen más amplio en contra de preservar el contrato actual, especialmente si más trabajadores que fueron apáticos o tuvieron miedo de votar se presentaran esta ocasión, dijo el académico experto en temas laborales Alfonso Bouzas, de la Universidad Nacional Autónoma de México.
“Toda esta nueva oportunidad va a despertar la conciencia y el interés”, dijo Bouzas.
Muchos contratos colectivos en México consisten en acuerdos entre sindicatos y empresas sin la aprobación de los trabajadores, un factor que ha mantenido los salarios mexicanos por hora muy por debajo de los de Estados Unidos.
Ahora se requieren votos de ratificación de esos contratos debido a la reforma laboral de 2019, que sustenta al T-MEC, para garantizar que los trabajadores no estén sujetos a contratos que se firmaron a sus espaldas.
Con información de Reuters