Ernesto Zedillo Ponce de León, expresidente de México, considera que en momentos de crisis los objetivos políticos deben pasar a segundo plano por el bien de un país.
“Los objetivos políticos deben atemperarse, y poner por encima de todo el interés del país y estar dispuesto a sacrificar popularidad”, dijo durante su participación estelar como ponente en el foro inmobiliario InCON, organizado por la plataforma Vivanuncios, de la que EL CEO es media partner.
El exmandatario, quien ocupó la silla presidencial de 1994 a 2000, aclaró durante la cumbre virtual que “de México no opinaba”, sin embargo compartió las lecciones de su experiencia durante la crisis económica de 1994 y 1995 mientras fue jefe de Estado.
En 1995 se tuvieron que tomar decisiones difíciles y son tragos amargos, y uno sabe que la gente se va sentir mal y las consecuencias serían tan malas como si no se hiciera nada
Zedillo Ponce de León advirtió además que de persistir la quiebra generalizada de empresas a lo largo del mundo, podría seguir una crisis financiera con consecuencias catastróficas, por lo que compartió una serie de reflexiones en el contexto de la pandemia de COVID-19.
Dijo que tras conversaciones con otros expresidentes de la región latinoamericana identificaron una serie de acciones para mitigar la crisis económica. El primer punto fue enfocarse en mantener la fuerza de trabajo, para ello podría ser funcional una estrategia diferenciada de apoyos.
En el caso de las empresas y el sector formal sugirió el aplazamiento de contribuciones fiscales e incluso subsidios directos con la condición de mantener los empleos. En el caso del sector informal propone transferencias directas.
“De lo que se trata es de improvisar un seguro de desempleo, que es algo sin precedente en nuestra región pero que debe detener la caída catastrófica y evitar una prolongada contracción económica. El apoyo es fiscalmente costoso, pero una depresión será aún más onerosa para las finanzas públicas”, dijo.
Agregó que la ayuda a empresas también es fundamental no solo mediante incentivos fiscales, sino con mecanismos que aseguren crédito y liquidez, a fin de evitar el quiebre de empresas por falta de solvencia.
Hay que tener en cuenta que si no se evita la quiebra generalizada de las empresas, el siguiente punto de crisis será el del sistema de bancos y si este llegara a fallar, la economía caería completamente.
También destacó la posibilidad de incluir impuestos a las actividades con emisiones de carbono y gases causantes del calentamiento global. Destacó que eso es útil en este momento principalmente debido al bajo precio de los hidrocarburos lo cual, según dijo, evitaría que se traslade dicho impuesto a usuarios finales.