La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, advirtió este viernes a los líderes de la Unión Europea (UE) que sus economías se dirigen hacia una “caída drástica” debido a la crisis del coronavirus y los instó a acordar rápidamente un plan de estímulo masivo cuya negociación ha dividido a los miembros del bloque.
A través de una videoconferencia, Lagarde dijo que los efectos completos de la peor recesión de Europa desde la Segunda Guerra Mundial aún no se notan en el mercado laboral y que el desempleo en la zona euro de 19 países podría subir a 10% desde el actual 7.3%.
Con más de 100,000 muertos por COVID-19, la UE necesita demostrar ahora su solidaridad después de meses de disputas que han mermado la confianza pública en el grupo y han puesto en peligro su posición global tras el Brexit.
Es una crisis sin precedentes que ha tenido un enorme impacto económico y social, pero también en la viabilidad de la UE. Para demostrar que Europa protege (a su población) no podemos demorarnos más, ya que los retrasos solo harán que la situación sea más difícil y más costosa,
dijo un alto diplomático de la UE.
Según fuentes consultadas, Lagarde dijo a la cumbre que los mercados financieros están relativamente tranquilos debido a las expectativas de que actuarán para mostrar que “la UE ha vuelto a la acción”.
Austeros contra mediterráneos
Los Estados miembros de la UE debaten un presupuesto comunitario para el periodo 2021-2027 de alrededor de 1.1 billones de euros, así como una propuesta de la Comisión Europea de pedir prestado al mercado 750,000 millones de euros para ayudar a reactivar las economías más afectadas por el coronavirus, en particular Italia y España.
Diversos representantes institucionales y diplomáticos dijeron que los líderes expondrán sus posiciones el viernes, pero que no se llegará a un acuerdo antes de julio.
El coordinador de la cumbre, el presidente del Consejo Europeo Charles Michel, les dijo: “tenemos una responsabilidad colectiva que cumplir”.
Antes de la pandemia existía un enfrentamiento entre los países del norte, fiscalmente austeros, y el ‘Club Med’ de los países del sur, más endeudados, sobre los presupuestos a largo plazo del bloque.
Ahora están divididos respecto al tamaño y las condiciones del fondo de recuperación, que la Comisión sugiere que se divida a razón de dos tercios de subvenciones no reembolsables y un tercio de préstamos.
Los Países Bajos, Dinamarca, Suecia y Austria, los conocidos como ‘Cuatro Frugales’ (Frugal Four), dicen que el fondo es demasiado grande y que sólo debería consistir en préstamos, pues las subvenciones tendrían que ser devueltas por todos los contribuyentes de la UE.
Estos cuatro países quieren que los fondos estén claramente vinculados a la recuperación de la pandemia y que los beneficiarios se comprometan a realizar reformas económicas.
La condicionalidad es un gran problema. Un acuerdo sobre las reformas podría abrir un margen de maniobra para las subvenciones,
dijo un diplomático.
Los países del este de la UE consideran que demasiado dinero iría a parar al sur, pidiendo que el gasto se centre en la agricultura y en cerrar las brechas de desarrollo con el oeste.