Científicos mexicanos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN) trabajan en proyectos de vacunas contra el coronavirus, que ya se encuentran en la fase de pruebas humanas, según Rafael Gual Cosío, director general de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma).
En entrevista con EL CEO, el directivo explicó que México fue el primer país latinoamericano que se unió al proyecto global Gavi, una alianza multinacional enfocada en el control de la pandemia de COVID-19.
Esto permite la participación del país en los estudios clínicos o pruebas humanas para el desarrollo de las vacunas.
“Actualmente hay cerca de 130 proyectos de vacunas contra el COVID-19, las cuales ya se están probando, pero solo 10 en evaluación clínica, es decir, ya se están llevando a cabo en humanos”, informó Gual Cosío.
La iniciativa Gavi busca acelerar la producción de una vacuna contra el coronavirus, que hasta el momento ocasionó más de 8.4 millones de contagios y alrededor de 453,000 defunciones en todo el mundo, de acuerdo con la Universidad Johns Hopkins estadounidense.
Generalmente, este proceso puede tardar más de 10 años, dice el director de Canifarma. Sin embargo, a través de una red de colaboración internacional del sector farmacéutico se pretende acelerar a 18 meses.
“Lo que se desea es sumar las capacidades de producción de la industria, de modo que se puedan cubrir las necesidades mundiales: cientos de millones de vacunas en un tiempo récord”, dice el experto.
México participa en cuatro de los proyectos que ya se encuentran en las últimas fases de prueba.
Acortar el camino
El desarrollo de una vacuna es un proceso largo y complejo que puede se puede extender a 10 o 15 años, e involucra la participación combinada de organizaciones públicas y privadas, de acuerdo con un artículo académico escrito por el Colegio de Médicos de Filadelfia.
“El desarrollo y las pruebas de las vacunas siguen un conjunto estandarizado de pasos. Las primeras etapas son de naturaleza exploratoria. La regulación y la supervisión aumentan en lo que la vacuna candidata avanza en el proceso”, dice el artículo.
Tan solo estas primeras etapas puede durar entre dos y cuatro años. Se trata en términos generales de la identificación de las partículas que pueden ayudar a combatir alguna enfermedad, explica Daniel Pérez, infectólogo del Centro Médico La Raza.
Luego vienen los estudios preclínicos, en los que se realizan pruebas en animales como ratones y monos para calcular la reacción que los activos pueden tener en humanos. Esta etapa puede durar entre uno y dos años, dice Pérez.
Después vienen los ensayos clínicos. La primera fase de esta etapa involucra a pequeños grupos de “entre 20 y 80 adultos”, sin importar que las vacunas estén dirigidas a una enfermedad que afecte a niños, dice el Colegio de Médicos de Filadelfia.
Si el desarrollo de la vacuna resulta exitoso hasta esa fase, los científicos avanzan a los ensayos que pueden involucrar a decenas de miles de personas. “Solo después de completar este camino se puede comenzar con la producción de una vacuna”, dice Pérez en entrevista con EL CEO.
Hasta el momento existen 10 proyectos que están repartidos en las diferentes etapas de pruebas clínicas.
El estallido de la pandemia de coronavirus originada en la ciudad china de Wuhan a finales de 2019, supone la dificultad de reducir lo más que se pueda el proceso para encontrar y luego producir la vacuna.
“Se trata de un esfuerzo sin precedentes. La industria se unió a nivel global para buscar la vacuna y desarrollar paralelamente un acelerador terapéutico para encontrar tratamientos efectivos que ayuden a reducir la mortalidad del COVID-19”, dice Gual Cosío.
El 30 de junio México presentará los cuatro proyectos de posibles vacunas contra el coronavirus que se desarrollaron con apoyo de la UNAM y el IPN, con el objetivo de obtener financiamiento.
“Los proyectos se ven muy bien, todos tienen conexión con alguna empresa farmacéutica, todos tienen conexiones con grupos importantes en el extranjero, trabajando sobre el tema de infecciones”, dijo el lunes a la AFP Esther Orozco, coordinadora de los especialistas de los proyectos.