El embarazo adolescente afecta la vida laboral de las mexicanas, y mantiene una brecha amplia entre la disparidad de género en el mercado laboral.
Para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el embarazo en la adolescencia puede tener efectos a largo plazo, dado que, la mayoría de las jóvenes se ven obligadas a interrumpir sus estudios, situación que limita tanto su desarrollo profesional, como su progreso económico.
En el país, de las 20.9 millones de mujeres trabajadoras en la formalidad y la informalidad, 103,283 son jóvenes de entre 15 y 19 años con uno o dos hijos, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).
Del total de mujeres trabajadoras adolescentes con hijos, 45% percibe sólo entre uno y dos salarios mínimos, mientras que 10,578 no percibe ingresos.
Las jóvenes que son madres a edad temprana tienen cuatro veces menos probabilidades que los hombres jóvenes de conseguir un empleo, de acuerdo con el estudio ‘Políticas de Género en México’ de la la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
En México hay 400,000 embarazos adolescentes cada año, estas jóvenes lo primero que enfrentan es el abandono escolar, y con niveles de escolaridad truncos y sin experiencia, se integran al mercado laboral informal, en donde no tienen ayuda para los cuidados de los hijos, y tienen salarios precarios
Mónica Orozco, investigadora del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).
El problema que trae consigo que las adolescentes encuentren su primer empleo en la informalidad, reduce sus oportunidades futuras de moverse al sector formal.
Adicionalmente, de los 1.9 millones de trabajadores sin empleo que se registraron en el primer trimestre del año, 40% son mujeres. Mientras que, 7,587 son jóvenes entre 15 y 19 años, madres de uno o dos hijos.
Potencial de crecimiento
El año pasado, por cada 1,000 mujeres de entre 15 y 19 años hubo 77 adolescentes embarazadas, lo que ubica a México como el país con el mayor número de madres jóvenes de la OCDE.
La mayoría se integra al trabajo del hogar no remunerado, situación que provoca que sólo 47% de las mujeres en edad de trabajar sean parte de la fuerza laboral, por debajo del promedio de 67%, de la OCDE.
Para que México alcance sus objetivos de desarrollo será importante que el gobierno instrumente políticas públicas que permitan a las jóvenes acceder a un empleo y garantizar su desarrollo profesional.
En caso de que estas nuevas políticas públicas redujeran a la mitad la brecha de género en materia de participación en el mercado laboral, para 2040 el PIB per cápita crecería 0.2 puntos porcentuales al año, equivalentes a 1,100 dólares per cápita, proyecta la OCDE.
Que las jóvenes no cuenten con ayuda para el cuidado de los niños las hace tener dobles o triples jornadas de trabajo, lo que las deja con poca oportunidad de mejorar un empleo. Es importante que las guarderías para ellas sean de acceso público, sería una oportunidad para que las adolescentes puedan continuar sus estudios o integrarse a un trabajo formal
Mónica Orozco.