A partir de noviembre, los conductores de Uber, Cabify, Didi y otros servicios de transporte por aplicación en la Ciudad de México deberán portar una licencia E1 para poder trabajar.
La medida, anunciada en abril por la Secretaría de Movilidad capitalina (Semovi), ha despertado dudas por parte de los conductores y firmas que ofrecen este tipo de servicio, pues señalan falta de claridad en los procesos y posibles afectaciones a cerca de 80,000 familias que dependen de esta actividad.
“Estamos de acuerdo con el fondo de la regulación, pero si no se hace adecuadamente puede ocasionar burocracias”, dijo Ramón Escobar, general manager de Cabify en México en entrevista con EL CEO.
¿Qué es la licencia E1?
La licencia E1 es un documento que los choferes de las plataformas de transporte por aplicación deberán tener obligatoriamente a más tardar en noviembre.
Este documento se expedirá de manera gratuita por la Semovi, en canje por la licencia tipo A, luego de que el conductor acredite ciertos requisitos, como tener la documentación del vehículo en orden y avalar sus conocimientos viales ante el Centro para el Fomento de la Educación y Salud de los Operarios del Transporte Público de la Ciudad de México (Cenfes).
Los conductores deben tener vigente la licencia tipo A al momento de hacer su trámite y el gobierno capitalino la cambiará por otra tipo E1, que estará vigente por el mismo periodo que su plástico anterior. Es decir, que si la licencia tipo A de un conductor vence en 2020, al hacer su canje por la tipo E1, esta caducará en 2020.
Una vez que se ajuste este periodo, las licencias E1 tendrán una vigencia de tres años, explicó Carlos Augusto Morales, director general de Licencias y Transporte Vehicular de la dependencia.
No fue claro inmediatamente sobre qué ocurrirá con los conductores que tienen licencia vehicular permanente, ni tampoco si este documento – que actualmente es de expedición gratuita – tendrá un costo en el futuro.
Asimismo, es necesario comprobar tres años de experiencia como conductor al momento de expedir la licencia, especifica la Semovi. Esto excluiría a conductores de entre 18 y 21 años de este tipo de plataformas.
Cursos con cargo al conductor
Antes de obtener la licencia E1, los conductores deberán hacer su registro ante la Semovi (puedes ver el proceso aquí) y acreditar un curso en el Centro para el Fomento de la Educación y la Salud de los Operarios del Transporte Público (CENFES).
El curso tendrá un costo de 1,000 pesos e incluirá un examen médico para garantizar que los conductores estén en condiciones de brincar el servicio, así como una prueba teórica y otra de conducción.
Los 140,000 taxistas capitalinos registrados ante la Semovi están obligados desde hace años a pasar por estos exámenes cada vez que renuevan su licencia tipo B, explica Morales.
“Tenemos choferes calificados y certificados por haber pasado este curso”, asegura el funcionario.
En caso de que el conductor apruebe los exámenes, podrá tramitar su licencia en los módulos de Semovi y deberá portar un tarjetón que permita al usuario saber que está certificado.
El dinero recaudado de estos cursos es para la asociación civil y Semovi no recupera nada, puesto que es una medida que no tiene afán recaudatorio, explica Morales.
“Esta política no está pensando en los conductores, sino en los usuarios”, señala.
¿Y el padrón?
La elaboración del padrón de conductores de transportes vía aplicación no es nueva, sin embargo la nueva regulación capitalina busca fortalecerlo.
Desde julio de 2015 se obliga a los conductores de transporte por plataforma a validarse anualmente en el Sistema de Control de Aplicaciones de Movilidad (Camovi). La resolución fue resultado de meses de conversaciones entre las firmas del sector y las autoridades capitalinas, que tuvieron como resultado la creación del Fondo para la Movilidad y el Peatón, que tiene más de 300 millones de pesos sin utilizar.
Sin embargo, de acuerdo con la Semovi, las empresas no han registrado a todos sus conductores.
Carlos Augusto Morales señala que existen apenas 20,000 unidades de Uber registradas en el sistema, sin embargo la empresa tiene una flota de 55,000 autos, de acuerdo con información proporcionada a EL CEO en abril.
Uber declinó comentar para esta nota.
Las firmas “tiene la obligación de registrar, por eso tenemos un extrañamiento”, indica el funcionario.
Para el servidor público, el nuevo empadronamiento y la obligatoriedad de tramitar la nueva licencia E1 ayudará a definir cuántos conductores existen, en qué plataformas trabajan y, sobre todo, ofrecerá mejores condiciones de seguridad a los usuarios.
Revista vehicular
Uno de los puntos polémicos de la nueva regulación de Uber, Cabify y otras plataformas similares en la capital del país es el pago de la revista vehicular anual.
La jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, explicó en abril que las empresas deberán pagar una revista vehicular anual, con costo de 1,635 pesos.
“Uber, además de Cabify, Didi y otras aplicaciones telefónicas son de las empresas con mayores recursos económicos internacionales. Es injusto que ellos no paguen la revista de los vehículos. No es el chofer, repetimos, no es el dueño del vehículo, es la empresa que tiene que pagar lo mínimo que debe de pagar otro servicio que hay en la ciudad; entonces ellos tienen que pagar. No tiene un sentido recaudatorio, tiene un sentido de piso parejo y de orden”, explicó en su momento.
Esta revista es adicional a las dos verificaciones ambientales que se realizan anualmente y se enfocará en vigilar la documentación y el estado del vehículo para el transporte de pasajeros, dice Carlos Augusto Morales.
La medida no contempla que siete de cada 10 conductores en la capital del país dan servicio a múltiples plataformas.
Al ser consultado sobre si se podría entorpecer el proceso debido a la condición multiplataforma de los conductores, Morales señaló que “las empresas deberían tener una preocupación justamente sobre ese tema, porque va asociado a la calidad del servicio que ofrece cada una de ellas y sus procesos de competitividad”.
Sin embargo, negó que se estén tomando medidas para definir qué pasaría con estos casos.
Sobre esta, Escobar señala que es necesario que las autoridades capitalinas analicen los efectos que podría traer para las empresas y los conductores, especialmente para evitar que se fomenten conductas monopólicas, que inhiban la competencia en el sector.
“Hablemos de estos impactos, de los costos que va tener para el conductor”, invitó el directivo de Cabify, quien señala que desde hace dos semanas esta y otras plataformas han estado cercanos con el equipo operativo de la secretaría, pero que no tienen respuestas concretas del secretario de Movilidad, Andrés Lajous, ni de la jefa de gobierno.
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