Ayer, Andrés Manuel López Obrador dedicó su día a dar discursos, estrechar manos y compartir mesa con lo empresarios más poderosos del país.
Por la mañana, en un evento en Palacio Nacional, el presidente anunció la creación de un Consejo para el Fomento a la Inversión, el Empleo y el Crecimiento Económico. Según el mandatario, el organismo estará dedicado a presentarle consideraciones para desarrollar políticas y acciones específicas de inversión y empleo.
“En esto estriba esta convocatoria, el que podamos hacer acuerdo para caminar juntos y lograr que haya crecimiento”, dijo el presidente.
Carlos Slim, el sexto empresario más rico del mundo según Bloomberg, escuchaba en primera fila Andrés Manuel López Obrador con pluma y libreta en mano.
El empresario y el mandatario han tenido sus desencuentros. Uno de los más notorios ocurrió cuando Slim se opuso públicamente a la cancelación de las obras del aeropuerto de Texcoco; AMLO, enarbolando una de sus principales banderas políticas del momento, dijo que ese proyecto solamente era benéfico para unos pocos.
“Él es empresario y está defendiendo sus intereses, pero yo voy a ser presidente y voy a defender los intereses del pueblo de México”, dijo Andrés Manuel en aquel momento. Así que, tan pronto llegó a la presidencia, lo canceló.
A pesar de todo, o precisamente por eso, ahí estaba Slim, rodeado de varias decenas de empresarios más. ¿Qué esperaba escuchar Carlos Slim que requería estar listo con pluma y papel? ¿Escuchar nuevas oportunidades para participar con el gobierno o quizá escuchar nuevas vías para resolver algunos los obstáculos que enfrentan sus empresas?
“Hay muchos campos para la inversión privada nacional y extranjera”, dijo Andrés Manuel en su discurso inicial. Y enunció proyectos como el Tren Maya, compras gubernamentales, sector petrolero, desarrollo del Istmo de Tehuantepec e incluso el mismo sistema aeroportuario.
“Nadie sabe qué es lo que Slim quería escuchar”, dice Fernando Bolaños, analista de Monex y especialista en telecomunicaciones, que es uno de los sectores donde Carlos Slim es líder. “Pero te podría decir que en general, cosas que le interesan al sector empresarial es el Estado de Derecho y no solo en palabras sino llevarlo a la práctica”.
Mientras el presidente pronuncia discursos conciliadores, algunas compañías de Slim enfrentan retos derivados de algunas decisiones de gobierno.
Grupo Carso, la división constructora de Carlos Slim que había ganado licitaciones para construir parte del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, negocia la cancelación de sus contratos luego de que Andrés Manuel decidió suspender definitivamente el proyecto.
Carso Energy, por su parte, enfrenta obstáculos para terminar la construcción de un gasoducto en el norte del país. La semana pasada el presidente y Manuel Bartlett, director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), acusaron a Carso Energy, TransCanada y IEnova de cobrar dinero a CFE a pesar de no proveerle el gas natural acordado en sus contratos debido a que los ductos que transportarían la molécula están inconclusos.
El presidente dijo que buscaría renegociar esos contratos para eliminar cláusulas abusivas. Pero las empresas argumentaron que los retrasos en la construcción de siete gasoductos se debe a causas de fuerza mayor no atribuibles a ellas, como bloqueos por parte de las comunidades.
Además, el magnate espera la decisión del Instituto Federal de Telecomunicaciones para poder o no entrar al negocio de televisión de paga.
Empresarios y observadores internacionales han externado su preocupación por la cancelación del aeropuerto de Texcoco cuyas obras ya tenían 30% de avance, la suspensión de rondas petroleras, cancelación de subastas eléctricas, realización de consultas públicas como mecanismo de toma de decisiones de gobierno con dudosas metodologías, así como asignaciones directas de contratos de gobierno a empresas.
El abuso de la adjudicación directa ha sido uno de los mayores riesgos de corrupción en licitaciones de bienes, servicios y obra pública en los últimos 20 años. Se esperaba mayor competencia económica como parte de un cambio profundo de gobierno
dijo Eduardo Bohórquez, director de Transparencia Mexicana, una organización de la sociedad civil dedicada al control de la corrupción en México.
Sin embargo, reconoció que los discursos del presidente abren una nueva etapa en la relación con los empresarios.
La reunión con la élite de empresarios
Horas después de presentar su nuevo Consejo para el Fomento a la Inversión, el presidente se reunió con el Consejo Mexicano de Negocios. La convocatoria ocurrió a propósito delnombramiento de Antonio del Valle Perochena, presidente de Grupo Kaluz, como nuevo líder de la organización en sustitución de Alejandro Rodríguez, director de Cinépolis.
A su llegada, el presidente estrechó manos con Germán Larrea, dueño de Grupo México. En mayo del año pasado, Andrés Manuel lo acusó de reunirse con Baillères y otros empresarios y conspirar contra él durante la campaña electoral por la presidencia.
‘Queremos quedar bien con usted’: Azcárraga a AMLO https://t.co/HcXP2EuS8A pic.twitter.com/fN67HM3WfQ
— Regeneración (@RegeneracionMx) 18 de febrero de 2019
Como nuevo líder de la élite de empresarios del país, Del Valle Perochena deberá renovar los puentes de comunicación con el gobierno.
“Trabajaremos por el bien de las inversiones en el país al asegurarlas (…) Refrendamos el apoyo a los programas Jóvenes Construyendo el Futuro, así como el Consejo para el Fomento a la Inversión, el Empleo y el Crecimiento Económico, consejo recién creado”, dijo del Valle Perochena, tras su nombramiento.
“Antonio, como representante de ustedes, va a tener siempre nuestro respeto, atención ante cualquier trámite, gestión, cualquier apoyo, la posibilidad de que haya información y comunicación permanente”, concluyó el presidente su discurso frente a los empresarios.
“Creo que la nueva alineación del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y del Consejo Mexicano de Negocios (CMN) es un ajuste ante el nuevo gobierno. El discurso del presidente es un reconocimiento político a ese cambio en el ánimo de abrir una nueva etapa en la relación con el sector empresarial mexicano. Esta decisión se suma a la creación del Consejo económico creado con otro grupo de empresarios nacionales”, dijo Bohórquez.