Estados Unidos está trabajando en cortar las fuentes de ingreso del gobierno venezolano de Nicolás Maduro para que el líder opositor Juan Guaidó, quien se autoproclamó presidente encargado, sea el que reciba los ingresos petroleros del país, dijo el asesor de Seguridad Nacional del presidente Donald Trump, John Bolton.
El anuncio, del que no hubo mayores detalles, mostró que la Casa Blanca está dispuesta a ir más allá de las medidas diplomáticas tradicionales para drenar los recursos de Maduro, quien ya lucha con una recesión de cinco años y una hiperinflación de más de 1,000,000% anual.
De concretarse, la jugada fortalecería a Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional dominada por los opositores, quien prestó juramento el miércoles como mandatario encargado en un acto improvisado en las calles de Caracas y recibió enseguida el apoyo de Washington, de vecinos y países europeos.
“Nos estamos enfocando hoy en desconectar el régimen ilegítimo de Maduro de las fuentes de sus ingresos”, explicó Bolton.
“Creemos que es coherente con nuestro reconocimiento de Juan Guaidó como presidente interino constitucional de Venezuela que esos ingresos deberían ir al gobierno legítimo. Es muy complicado”, explicó el alto funcionario a periodistas en la Casa Blanca, aclarando que aún estaban estudiando cómo funcionaría.
Estados Unidos es uno de los principales compradores del petróleo venezolano, que genera más del 90% de los ingresos en divisas de Venezuela.
Las posibles sanciones de Estados Unidos a las exportaciones de crudo de Venezuela podrían cortar los suministros a refinerías de la Costa del Golfo de México, lo que podría obligar a Caracas a enviar más crudo a China, India u otros países asiáticos, comentaron este miércoles operadores del sector energético.
Desde un lugar desconocido, el jefe del Congreso venezolano invitó de nuevo a los militares a participar en un proceso de transición hacia unas elecciones libres y afirmó que “está en la mesa” incluso ofrecer una amnistía a ministros y al propio Maduro, si decide dejar el poder.
“Todos sentimos que este es el inicio del fin”, aseguró a Univisión Guaidó.
Desde la presidencia interina, dijo, trabajan para garantizar la entrada a la nación petrolera de ayuda humanitaria, tomar medidas económicas y presionar por una salida electoral con más movilizaciones de calle en los próximos días.
“Nuestro reto es conseguir elecciones libres, queremos que sea en el menor tiempo posible, pero estamos en dictadura”, afirmó en la entrevista.
Maduro rompió el miércoles relaciones diplomáticas y políticas con Estados Unidos, y ayer ordenó el cierre de la embajada y consulados de Venezuela en ese país.
“He decidido cerrar todos los consulados de Venezuela en Estados Unidos (…) hasta el domingo tiene la delegación de Estados Unidos para retirarse del país”, agregó en un discurso en el Tribunal Supremo.
Los apoyos a Guaidó crecieron el jueves con el reconocimiento del Reino Unido y España, pero en Caracas la cúpula militar del país petrolero respaldó a Maduro.
El ministro de Defensa, el general Vladimir Padrino, sostuvo el jueves en una declaración televisada que el acto de Guaidó fue “aberrante” y que los uniformados jamás reconocerían como comandante en jefe a alguien que no fue votado.
“Una persona no sé por qué motivo (…) ha levantado la mano y se ha autoproclamado presidente”, dijo Padrino. “Todo lo que se haga sin sustentación jurídica, legal, constitucional, no tiene destino feliz, está destinado al fracaso”.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, expresó su apoyo a la Asamblea Nacional venezolana y pidió la celebración de elecciones libres en el país sudamericano, ateniéndose a la postura común de la Unión Europea.
Guaidó escribió en Twitter que en la llamada le expresó a Sánchez “la lucha que emprendimos junto a toda Venezuela” para lograr un gobierno “de transición y tener elecciones libres”.
Desde Londres, el canciller Jeremy Hunt dijo que Maduro no es el líder legítimo y que el Reino Unido creía que Guaidó es la persona correcta para conducir a Venezuela.
En una reunión del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington, el secretario de Estado, Mike Pompeo convocó a una reunión regional de cancilleres para hablar de Venezuela y dijo que el tiempo de estar debatiendo ya se ha acabado.
Además, ofreció 20 millones de dólares en ayuda humanitaria para el país sudamericano, que está sumido en una profunda crisis económica y una escasez crónica de alimentos y medicinas que ha empujado a millones a emigrar.
Guaidó, sus seguidores y gran parte de la comunidad internacional creen que la asunción de Maduro el 10 de enero para un segundo mandato de seis años fue una usurpación del poder bajo el argumento de que las elecciones de mayo del año pasado no fueron democráticas porque no brindaron garantías para que la oposición se presentara.
Pero Maduro asegura que la elección fue justa y que la decisión de los partidos de oposición de boicotear refleja su falta de compromiso con la democracia.
El mandatario señaló que los gobiernos de México y Uruguay tomaron la iniciativa diplomática para buscar un acuerdo de paz en Venezuela. “Yo apoyo esa iniciativa para el diálogo”, agregó.
Para respaldar su reclamo, Guaidó y sus aliados han invocado un artículo en la Constitución que establece que en caso de una vacante presidencial, el jefe de la Asamblea Nacional asume el rol ejecutivo y debe convocar a elecciones dentro de 30 días.
Esta semana, al menos unas 16 personas murieron en incidentes asociados a las manifestaciones opositoras en distintas partes del país, según un informe de las entidades no gubernamentales Observatorio Venezolano de Conflictividad Social y el Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea).
Al menos 328 personas fueron detenidas, según el Foro Penal, otro grupo no gubernamental, en su cuenta de Twitter.
Guaidó que se ha convertido de la noche a la mañana en un líder nacional, ha prometido elecciones libres y justas, un gobierno de transición para poner fin a la debacle económica y una amnistía para civiles y militares que apoyen lo que llama una restauración del orden democrático.
Dificultades
“Si bien es cierto que Guaidó ha sido reconocido internacionalmente, el poder real del Estado todavía está en manos de Nicolás Maduro”, explicó Ronald Rodríguez, profesor de ciencias políticas especializado en Venezuela en la Universidad de Rosario, en Bogotá.
Maduro recibió el respaldo del presidente ruso, Vladimir Putin, un viejo aliado con intereses en la industria petrolera en ese país, que según el Kremlin lo llamó para asegurarle que seguirá la cooperación y que apoya una solución pacífica para las diferencias internas.
Moscú había acusado a Estados Unidos de querer usurpar el poder en Venezuela y le advirtió que no intervenga militarmente.
En Turquía, el presidente Tayyip Erdogan, cercano aliado de Maduro, dijo que su país no aprueba los acontecimientos en Venezuela y que las democracias deben respetar los resultados electorales, en un espaldarazo al dirigente venezolano.
México también sigue reconociendo a Maduro y exhortó al diálogo para evitar que escale la violencia.