Bain Capital y KKR, los fondos buitre cuyo manejo aceleró la quiebra de Toys ‘R’ Us, anunciaron que están recaudando un fondo de 20 millones de dólares para los trabajadores que perdieron su empleo sin indemnización después de que la compañía se disolvió en junio pasado.
Esta medida está dirigida a ayudar a los 30,000 trabajadores afectados por el cierre de tiendas y se realiza luego de los esfuerzos de grupos de afectados respaldados por asociaciones civiles.
El fondo no era requerido legalmente; sin embargo, los trabajadores están presionando para obtener 55 millones de dólares adicionales de otras firma que consideran tuvieron un papel importante en el endeudamiento y posterior bancarrota de la cadena de jugueterías.
El fondo será administrado por terceros independientes, Kenneth Feinberg y Camille Biros, expertos en el diseño y administración de programas de compensación como el fondo para los afectados por los atentados del 9/11.
Analistas ahora se preguntan si esto marcará un precedente sobre qué es lo que sucederá cuando otra compañía se encuentre en una situación similar y sus empleados utilicen el caso de Toys ‘R’ Us como ejemplo.
El comienzo del fin
Hace 14 años, las ventas y las ganancias de Toys ‘R’ Us comenzaron a verse cada vez más planas. Fue entonces cuando su consejo de administración decidió ponerla en venta.
Los compradores fueron Bain Capital y KKR, dos fondos de capital privado, y Vornado, una empresa de inversión inmobiliaria.
Retiraron a Toys ‘R’ Us de la bolsa, pagando 6,600 millones dólares a sus accionistas, sin embargo, 80% de esa cantidad fue prestada, lo que significó una carga para la compañía, la cual tuvo que pagar la deuda adquirida, sumada a cobros exorbitantes en asesoría y administración a sus compradores que totalizaron unos 200 millones de dólares.
Aunado a lo anterior, nunca pudo emparejarse en la carrera contra minoristas como Amazon, que paso a paso fueron ganando terreno. Mientras las ventas se estancaron, Toys ‘R’ Us se vio ahogada por los pagos de intereses debido al apalancamiento con el que se realizó su compra, lo que finalmente desencadenó en el cierre de sus tiendas y el despido de de miles de trabajadores.
El objetivo de levantar a la empresa y hacerla más eficiente para volverla pública y obtener una ganancia no se logró y algunos dicen que ni siquiera se buscó, pues tanto Bain Capital como KKR y Vornado se dedicaron a extraer efectivo de la empresa.
Si no hubiera sido comprada, estima The Week, Toys ‘R’ Us podría seguir en el negocio, pues un año antes del cierre, aún realizaba 20% de las ventas de juguetes en EU.