Petróleos Mexicanos (Pemex) aprovechó la reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+) para corregir su meta de producción de crudo en la que reconoce que su capacidad de cumplirla ha llegado al límite.
En la reunión del pasado fin de semana de la OPEP+, en la que se acordó aumentar la producción a partir de agosto, la Secretaría de Energía (Sener) sostuvo que México no excederá una producción de 1.753 millones de barriles diarios durante agosto de 2021 a mayo del 2022.
Con ello, México no solo incumple con este acuerdo internacional, sino que deja mal parado, una vez más, al director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, quien había prometido una producción de 2 millones de barriles diarios para el cierre de 2021.
El reto ahora es que Pemex cumpla con la meta de producir 1.7 millones de barriles diarios, pues de no hacerlo pondrá en aprietos los ingresos que obtiene el gobierno federal de la venta de petróleo
explicó Arturo Carranza, analista del sector energético.
El especialista agregó que la decisión de Sener en la OPEP+ de no subir la producción de crudo se da en medio de un entorno financiero complicado para la petrolera, pues aún enfrenta una onerosa carga fiscal, un pago elevado de intereses por su deuda y la falta de inversión en nuevos yacimientos.
Además, los principales campos de exploración llegaron a un estado de madurez donde el recurso a extraer se ha agotado, y llegar a nuevos yacimientos implica grandes inversiones que la empresa del Estado no está en posibilidad de realizar debido a que enfrenta una complicada situación financiera.
En el 2020, la petrolera perdió 480,966 millones de pesos, lo que significó un aumento del 38.2% respecto al 2019, cuando reportó 347, 926 millones de pesos en números rojos, de acuerdo con los datos de sus reportes financieros.
Es momento de corregir la estrategia
A pesar de que Pemex aumentó sus inversiones en 58% en este año y al apoyo fiscal del gobierno para reducir el Derecho de Utilidad Compartida (DUC), su situación financiera complica aún más las metas de elevar la producción.
Los factores financieros restringen la liquidez de la empresa, entonces ya le queda muy poco para invertir y por eso no levanta la producción. En este contexto, observo una coyuntura ideal para corregir la estrategia
dijo Carranza.
Para Duncan Wood, vicepresidente del Wilson Center, una consultoría que opera en Estados Unido, la política petrolera de la administración de López Obrador es un fracaso total en cuanto a elevar la producción.
Esto tiene el impacto de restringir los fondos disponibles para Pemex, restringir los ingresos del gobierno y su capacidad de hacer más proyectos sociales.
Señaló que el precio elevado del petróleo es buena noticia para el gobierno porque aunque está produciendo menos petróleo, con el precio más alto tiene más ingresos.
“Se puede tener un impacto perverso, porque en el corto plazo, el gobierno se va a beneficiar de ingresos más altos, pero a la vez hay menos motivos para cambiar de política energética”, advirtió.
Para elevar la producción petrolera, México tiene que reabrir el sector energético a la inversión privada extranjera, como lo hizo la administración de Peña Nieto después de 2013 y recibir otra vez miles de millones de inversiones del sector energético mundial, concluyó Wood.