100 días amlo | El CEO

Uno de los principales objetivos de Andrés Manuel López Obrador es el rescate de Petróleos Mexicanos, la empresa petrolera más endeudada del mundo.

Pemex no sólo enfrenta una deuda financiera de 105,800 millones de dólares (2.08 billones de pesos) sino el desplome de la producción de petróleo crudo y de combustibles, de los que ahora importa cerca del 80% del consumo nacional.

En medio de la tormenta que enfrenta, los inversionistas no quitan la mirada de la Empresa Productiva del Estado, luego de que Fitch y Standard & Poor’s degradarán la perspectiva de la calificación crediticia no solo por los saldos de administraciones pasadas, sino ante las dudas de la viabilidad de los planes del nuevo gobierno.

La producción de petróleo al cierre de 2018 sumó 1.83 millones de barriles diarios (mbd), con lo que tuvo una caída de 3.3% frente a 2017 y lejos del máximo histórico de 3.38 mdb que produjo en 2004.

A mediados de febrero, el presidente anunció un paquete de ayuda para la petrolera, que contempla 71,000 millones de pesos entre capital, ayuda fiscal y monetización del pasivo de pensiones. Además, la empresa espera ingresos extras por alrededor de 32,000 millones de pesos derivados de ahorros generados por el combate al huachicoleo.

En las últimas dos décadas, Pemex ha pagado virtualmente todas sus ganancias antes de impuestos (95%) al gobierno.

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Con la excepción de PDVSA de Venezuela, esta carga es sustancialmente mayor que la mayoría de otras compañías petroleras estatales. Esta gran carga fiscal ha impedido a Pemex reinvertir sus ganancias en exploración y producción. Esto se ha convertido en un obstáculo desde 2004, cuando los yacimientos petrolíferos fácilmente explotables (en particular Cantarell) comenzaron a secarse "

Edward Glossop, economista para América Latina de Capital Economics.

Para los especialistas, el plan resulta insuficiente, además de que mete presión para las finanzas públicas, dado que los ingresos de Pemex aún representan 2% del Producto Interno Bruto.

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Se les ha añadido una tercera presión, que es la necesidad de apoyar a Pemex. Va a ser muy complicado para el soberano poder hacer las tres cosas, va a tener que escoger dos, a menos que anuncie medidas para aumentar el ingreso del gobierno, bien sean medidas tributarias, de tal manera que puedan caber las tres prioridades"

Jaime Reusche, analista soberano de la agencia calificadora Moody’s.

Mientras que, para este año, Pemex no acudirá a los mercados para obtener financiamiento. En 2020 enfrentará una amortización de deuda de 9,600 millones de dólares.

Adicionalmente, los planes de reducir la exportación de crudo en el largo y plazo y la construcción de una nueva refinería en Dos Bocas, Tabasco, no es bien vista por los analistas, ya que lo ven como lastres financieros para Pemex.

De acuerdo con Reusche, para que el gobierno transfiera los recursos necesarios a Pemex para estabilizarla, sin comprometer las finanzas públicas, la opción más viable para el nuevo gobierno es delinear una nueva reforma fiscal, aunque López Obrador ha dicho que en los primeros tres años no aumentará ni creará nuevos impuestos.